Skip to main content

Xavier Granados: "Las empresas actúan de filtro realista de muchas ideas "felices" del sector de los centros de investigación"

LA UNIDAD DE TRANSFERENCIA DE CONOCIMIENTO DEL ICMAB ENTREVISTA A XAVIER GRANADOS

Entrevistamos hoy al investigador Dr. Xavier Granados, del grupo de Materiales Superconductores y Nanoestructuras a Gran Escala (SUMAN), uno de nuestros “jóvenes” seniors de referencia en el ICMAB. Xavier cuenta con un amplio bagaje en proyectos de colaboración público-privada y una prolongada experiencia de trabajo conjunto con empresas en proyectos de I+D y altos TRLs. Con él, hemos conversado sobre cuestiones que tienen que ver con la transferencia de tecnología y los desarrollos de materiales superconductores y sus aplicaciones, la colaboración con empresas y su visión de la actuación estratégica en dichos ámbitos desde el ICMAB.

 

UTC:  Cuéntanos los inicios de tu extensa colaboración con empresas.

XG: A principio de los 90 nacen algunos grandes proyectos para canalizar parte de los ingresos que provenían de la Ley de Recursos y Bonificaciones (que son las contribuciones del consumidor en los recibos de la electricidad y el gas domiciliario) y usarlos sobre todo para la I+D de las empresas eléctricas a nivel nacional y europeo. En aquél momento comenzó mi relación con las empresas como extensión del trabajo científico y se plasmó en la colaboración en determinados proyectos concretos con el objetivo abordar aplicaciones tecnológicas de los resultados de nuestra investigación, sobre todo en materiales superconductores.

El proyecto MIDAS fue un primer proyecto emblemático en este sentido, para la búsqueda de aplicaciones de la superconductividad (SC) con demostradores concretos: cables, motores, dispositivos, y nuevos usos. Este proyecto generó recursos y en el grupo SUMAN de ICMAB pudimos abordar el desarrollo de laboratorios específicos en temas de superconductividad. Más adelante las condiciones de los proyectos cambiaron, pero la experiencia nos mostró el interés industrial en algunas aplicaciones y una nueva perspectiva de trabajo con las empresas. Cuando hablamos de industria el campo es amplio… No solo grandes empresas, también Pymes, microempresas tecnológicas, etc. Así se inició también la colaboración con Centros Tecnológicos (CTTs) y Grupos de Ingeniería (de la UPC) con una perspectiva de actividad más orientada a aplicaciones concretas.

Nos dirigimos a tres ámbitos: i) Cables, ii) Motores, y iii) Aspectos de redes asociadas al almacenamiento energético y a la propia gestión segura de la operación de red. Inicialmente nos centramos en estos temas, pero en paralelo aparecieron otras oportunidades.

Desde finales de los 80 y durante la década de los 90, en la Comunidad Europea, y fuera de ella, se empezó a generar una infraestructura científico-tecnológica para el despliegue futuro de los desarrollos de la SC y sus aplicaciones. En dicho contexto (en colaboración con ENDESA y NEXANS en el marco de varios proyectos) pudimos desarrollar, ya en el siguiente siglo, un tipo de cable que en su día fue record mundial de intensidad de la corriente transportada (3,2 kA), lo que contribuyó a dar cierta proyección y visibilidad a nivel internacional, y abrió puertas a nuevas colaboraciones. Otros intentos no llegaron a ver la luz, pero condujeron a la creación de nuevos laboratorios a nivel europeo.

UTC: ¿Consideras fructífera la experiencia con empresas? ¿Cómo fue en los inicios?

XG: Desde buen principio, en el grupo se vio la necesidad de contribuir en paralelo al desarrollo del material y de las aplicaciones, lo que daba una mayor perspectiva de la dirección que se debían realizar los esfuerzos. Entre esos dos mundos existen sinergias que se deben explotar y se explotan de hecho. A principios de los 90, las aplicaciones de los nuevos superconductores estaban en su inicio y la combinación entre ingeniería y ciencia de materiales enriqueció a los dos. Había una necesidad de superconductividad, asociada a un gigantesco proyecto, el LHC, en el que los nuevos materiales, superconductores de alta temperatura (HTS), no parecían tener oportunidad, pero, de hecho, consiguieron entrar en un nuevo dispositivo: las barras de alimentación de las bobinas, los “current leads”. El ruido asociado al propio descubrimiento de los HTS dio lugar a un conjunto importante de laboratorios para el desarrollo de gran cantidad de aplicaciones. Levitación (trenes, ruedas de inercia), motores y generadores, limitadores de corriente, cables, sensores. Era la perspectiva de un gran cambio en la sociedad que ya se estaba dando con otros desarrollos tecnológicos basados también en nuevos materiales. Proyectos, casi pintorescos, como cables submarinos entre USA y Japón llevando hidrógeno líquido y electricidad. Nuestra experiencia en ese caldo comenzó con proyectos BRITE EURAM, el propio MIDAS, PETRI con empresas como Red Eléctrica, Schneider y Mavilor, y ya en los albores de nuestro nuevo siglo, Nexans y Antec. Una experiencia importante, ya en la segunda década, fue el proyecto CENIT (AZIMUT, GAMESA/IBERDROLA, CENER) de aerogeneradores. Se desarrolló en un momento de gran interés por el despliegue de la Energía Eólica en condiciones políticamente muy favorables. Este proyecto generó oportunidades y recibimos demandas de interés en conocimiento fundamental para esos objetivos. Una vez acabado el proyecto CENIT, GAMESA continuó por su cuenta con recursos propios y en algunas convocatorias de la época de los Proyectos Retos Colaboración, en los que participamos. Fue una experiencia muy fructífera porque todos aprendimos en esos proyectos.

UTC: ¿Cómo es la relación con las empresas en cuanto al tipo de innovación tecnológica que están dispuestas a asumir?

XG: No hemos de menospreciar el conocimiento que existe en la Industria. Saben lo que quieren y están al día en muchas ocasiones. Están en condiciones de acceder a los conocimientos existentes. Nosotros somos más libres para generar ideas nuevas. Las empresas saben, pero deben administrar bien sus recursos. En las empresas se siguen criterios de tiempo y eficiencia y se interesan si ven beneficio, aunque no sea a corto plazo. En la industria hay personal de buen nivel que acumula conocimiento y capacidad. Podríamos pensar que las empresas actúan de filtro “realista” de muchas ideas “felices” del sector de los centros de investigación. Ingeniería y ciencia, aplicación y conocimiento, son una dualidad difícilmente separable.

Hay que tener en cuenta que toda transformación disruptiva supone en la industria un esfuerzo enorme de cambio e inversión para su introducción. Lo que manda en la Industria es su supervivencia y su capacidad de generar beneficio. Un desarrollo de I+D no puede poner una empresa en un riesgo no asumible. Un ejemplo actual es el desarrollo de la vacuna COVID. Solo empresas de cierto tamaño pueden arriesgarse en acciones disruptivas con perspectivas de éxito, sin poner en riesgo su supervivencia, aunque el beneficio pueda ser muy atractivo. Comprar conocimiento entra a veces en esa lógica. La integración de nuevas tecnologías y desarrollos puede exigir transiciones de alto riesgo. A veces, nuestra colaboración va en el sentido de solucionar un problema concreto, que puede ser muy importante para una empresa. Un ejemplo interesante es el desarrollo que hemos realizado, en colaboración con la UAB, para eliminar el bloqueo fraudulento de los contadores de gas y que se está pendiente de implementación.

UTC: ¿Consideras que el Sistema Ciencia-Tecnología-Empresa en el que nos movemos es demasiado estático?

XG: Estático no es quizá la palabra… el sistema tiene inercia. Cada parte del sistema tiene su espacio y no debemos correr el riesgo de caer en “injerencias” y de actuar de forma “poco respetuosa” en la propia libre dinámica del mercado.

UTC: ¿Cuál es tu opinión sobre los grandes proyectos europeos como ITER? ¿Crees que es necesaria una “planificación estratégica de alto nivel”?

XG: Las grandes Proyectos públicos (CERN, ITER...) tienen la dificultad de que “minimizan ruido”; sin embargo, un cierto nivel de “ruido entrópico” es necesario para el progreso. La magnitud de esos proyectos genera inercia, porque la organización de proyectos tan grandes es muy complicada. Están apareciendo iniciativas privadas como Tokamak Energy, cuyo objetivo es alcanzar la generación comercial de energía de fusión. Hay empresas que contribuyen en todos esos proyectos con las que colaboramos y colaborar con ellas es una estrategia posible e inteligente para nosotros.

UTC: ¿Qué propondrías para mejorar la transferencia de tecnología a las empresas? Una propuesta tipo “lámpara de Aladino” para pedir deseos para el desarrollo.

XG: La lámpara de Aldino eran 3 deseos… ¿Qué pedir? No me atrevo... Quizá minimizar riesgos y ofrecer una mayor garantía de continuidad con recursos suficientes. Es uno de los problemas: los grandes proyectos a veces desequilibran e impactan la disponibilidad global de recursos. No está claro cómo ilusionar a las empresas, cómo incentivar y promover la colaboración minimizando sus riesgos. Hay un enorme campo de desarrollo en las nuevas spin-offs, aunque la probabilidad de fracaso puede ser alta; se necesita un mayor apoyo a la acción empresarial. Este sería otro deseo que daría mucho dinamismo al sistema.

UTC: ¿Alguna reflexión más como conclusión?

XG: Es siempre interesante mirar retrospectivamente al pasado. Es necesaria esa doble mirada: la del investigador en los fundamentos y la del tecnólogo que le interesa el recorrido hacia la aplicación, y eso nos ha guiado. Hemos ido trazando caminos de desarrollo y colaboración tanto públicos como público-privados tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

Muchas gracias, Xavier.